Desde la Universidad de Hawai, un estudio afirma que el estrés se comporta como una enfermedad: hay un portador inicial que infecta a todos los demás, los cuales lo incuban hasta hacerlo explotar.
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El Estrés |
Según una encuesta realizada entre italianos de 18 a 64 años, en ese país el fenómeno afecta a 8 de cada 10 personas. Y el 58% de los entrevistados declaró que su propio nivel de estrés aumentó en los últimos años, principalmente debido al trabajo (54%) y los problemas económicos (46%).
Uno de los investigadores hawaianos explicó que, a menudo, estas personas tienen un escaso sentido de la oportunidad y que pueden llamar a las 2 de la mañana para desahogarse con un amigo: “Son verdaderas bombas prontas a explotar; suelen crear reacciones en cadena en el ambiente que los rodea.”.
Como contrapunto, también hay sujetos dotados de un elevado grado de sensibilidad y con sentido de culpa más o menos atávico, afectados por los llamados síndrome de San Francisco de Asís o de la Madre Teresa de Calcuta. “Son personas que, con paciencia y mucha resignación escuchan, soportan, y en raras ocasiones reaccionan al abuso de sentir que les arrojan encima los problemas”, dice el experto.
Tratar de controlar las desgracias y sufrimientos ajenos no es algo simple, y es bueno tenerlo en cuenta antes de confiar los propios dolores de cabeza a un amigo, colega o compañero de estudios. A fin de evitar que “la bomba” explote.
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