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Robonaut, el primer androide astronauta

Realizado con fibra de carbono niquelado y aluminio, Robonaut pesa 136 kilos y mide aproximadamente un metro desde la cintura a la cabeza, y 60 centímetros de hombro a hombro. Cuenta con brazos extensibles, manos con movilidad rotatoria y sus cinco dedos tienen capacidad para agarrar 2,5 kilos cada uno.

Su cabeza es un casco dorado con un cristal ahumado a la altura de los ojos, donde alberga su equipo de visión. Robonaut cuenta con cinco cámaras, dos le proporcionan la visión estéreo, dos operan como cámaras auxiliares y tiene otra infrarroja alojada en la boca.

Sin embargo, R2 piensa literalmente con su estómago, ya que el torso era el único lugar con espacio suficiente para instalar los 38 procesadores de PC que le dan la capacidad de operar.

Cuenta además con una mochila en la que está el sistema de conversión energética, básicamente de donde se enciende y se apaga, que podría utilizar en caso de que fuera enviado a explorar la superficie de algún planeta para llevar sus baterías.

Según se desempeñe en sus funciones la NASA actualizará su software y tal vez algún día pueda salir al exterior de la estación para ayudar a los astronautas a hacer reparaciones o trabajos científicos.

R2 ha pasado una gran cantidad de pruebas para embarcarse en este vuelo como test de vibración, resistencia al vacío y a la radiación. Los materiales que lo componen han sido probados para que cumplan los requisitos de seguridad y se le ha añadido una cubierta que reduce las posibles interferencias electromagnéticas.

“Este proyecto es el ejemplo de que la próxima generación de robots puede funcionar en la Tierra y en el espacio, no sustituyendo a los humanos sino como un compañero que puede desarrollar tareas de apoyo claves”, señaló John Olson, director de la oficina de Sistemas de Integración de Exploración de la NASA.

La historia de R2 se remonta al año 1997, cuando la NASA pensó en construir un robot humanoide que pudiera ayudar a los astronautas en determinadas tareas, con la idea de que “un par de manos” más serían muy útiles.

También fue pensado para realizar determinadas tareas que pudieran ser muy peligrosas para los astronautas o, precisamente todo lo contrario, que sean tareas rutinarias que quitan tiempo a los especialistas para otros trabajos más importantes.

El resultado fue R1, su hermano pequeño, un prototipo de androide que podía realizar algunas tareas de mantenimiento o ser instalado en una plataforma con ruedas para, por ejemplo, explorar la superficie de la Luna o Marte, el próximo gran objetivo de la NASA.

Sin embargo, R1 no pasó de ser un prototipo y el proyecto se paralizó en 2006, hasta que ese mismo año la compañía General Motors (GM) quiso participar en la creación de este habilidoso robot y un año más tarde suscribió una alianza con la NASA.

En Febrero de 2010, R2 fue presentado en sociedad, con la tecnología más avanzada y las mayores habilidades que un robot haya tenido nunca.

Como hijo de la generación más tecnológica, R2 se ha sumado a las últimas tendencias y tiene su propia cuenta de twitter, desde la que narrará su aventura espacial.

La NASA está entusiasmada con este proyecto que puede ser el principio de una nueva era de exploración espacial para estudiar objetos cercanos a la Tierra como asteroides y cometas y eventualmente llegar a Marte.

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