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| Rostro |
Lo mismo ocurre con el sol. Está demostrado que los rayos solares aportan la dosis necesaria de vitamina D, pero también contribuyen al envejecimiento prematuro de la piel.
Lo cierto es que al finalizar esta estación, la piel de la cara queda en un estado crítico, ya sea por la radiación ultravioleta, las salidas nocturnas, el uso de maquillaje y la constante aplicación de bronceadores y bloqueadores. Por ello es necesario tomar en cuenta las siguientes recomendaciones para llegar al otoño con el cutis renovado.
LIMPIEZA. Un punto de arranque es recurrir a los productos limpiadores, que deben ser elegidos en función del tipo de piel y el factor PH. Los limpiadores eliminan las impurezas (polvo, contaminación, maquillaje) y dejan la piel en estado óptimo para otros tratamientos.
EXFOLIACIÓN. Es un proceso que consiste en la renovación del tejido epitelial mediante una limpieza profunda. La idea es eliminar las células muertas y otras impurezas que obstaculizan la regeneración de la epidermis. Puede realizarse de manera casera, gracias a productos exfoliantes, o también en centros de belleza.
HIDRATACIÓN. Hay dos formas de hidratar la piel. La primera es química, para lo cual es necesario recurrir a cremas hidratantes que contengan vitaminas y antioxidantes. La otra forma es complementaria y mucho más simple: beber agua. Unos dos litros al día son suficientes para conservar una piel saludable.
MASCARILLAS. Habíamos dicho que el sol envejece la piel. Una manera de contrarrestar tales efectos consiste en la aplicación de máscaras de colágeno. Este producto tiene un efecto reparador y “antiedad”, pues reduce el deterioro de la piel y fomenta la renovación celular.
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