Un hombre comprende y respeta el poder de elección. Vive una vida de su propia creación. Él sabe que la vida se estanca cuando uno no decide y florece cuando uno elige un camino claro.
Cuando un hombre toma una decisión, se abre la puerta que quiere y se cierra las puertas que no quiere. Se dirije a su objetivo como un misil guiado. No hay ninguna garantía de que va a alcanzar su objetivo, y él lo sabe, pero no necesitan este tipo de garantías. Simplemente disfruta de la sensación de inevitabilidad que viene de empujar el botón de inicio.
Un hombre no requiere la aprobación de los demás. Esta dispuesto a seguir a su corazón dondequiera que lo lleva. Cuando un hombre está siguiendo su corazón centrado en el camino, poco importa si el mundo entero está contra él.
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