
El Lavado automático
No es muy recomendable, pues a las ventajas de no tener que hacer nada, más cómodo y ser más rápido, están los inconvenientes de que seguro que no llega a todas las partes del vehículo, los espejos retrovisores no se limpian por el cristal, y la antena de la radio corre el riesgo de partirse, atropellada por el secador. Sin contar los casos de algunos coches; partir el limpiaparabrisas trasero, despegar el alerón, incluso doblar espejos retrovisores.
Lavado a presión
Es el método que hace un uso más racional del agua, pulverizándola y aprovechándola mucho mejor. Esta es una de sus principales ventajas, además de la comodidad y la disponibilidad en todas las ciudades de algún negocio de este tipo.
Lavado a presión
Es el método que hace un uso más racional del agua, pulverizándola y aprovechándola mucho mejor. Esta es una de sus principales ventajas, además de la comodidad y la disponibilidad en todas las ciudades de algún negocio de este tipo.
Entre sus inconvenientes está el mayor daño que ocasiona a la pintura y un lavado mucho menos eficaz. Las normas básicas es acercar la boca a menos de 30 cm y apuntar con un ángulo superior a 45º, de manera que el chorro no “rebote” en la carrocería, sino que se deslice por la superficie arrastrando la suciedad. Hay que tener una especial precaución con las zonas plásticas pintadas (paragolpes, etc.) pues son mucho más sensibles. Empezaremos con jabón y aclararemos con cera, si se desea. Después, es necesario secar, igual que en el lavado a mano.
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