En experimentos que hizo Pavlov con perros, encontró que cuando se tocaban ritmos rápidos, sus perros reaccionaban con excitación; los ritmos más lentos tenían un efecto tranquilizante sobre ellos. Será que nos gusta tanto porque no sólo despierta estados de ánimo sino también áreas del cerebro relacionadas con la atención, la memoria y la predicción de eventos. De esta forma no solo nos acompaña sino que además puede ayudarnos a estudiar y trabajar.
Tenemos un claro ejemplo en la música de Mozart y sus numerosos efectos beneficiosos, llamado el “Efecto Mozart, que tiene un efecto tranquilizador y terapéutico y al cual se le atribuye efectos como la estabilización de las conexiones neuronales necesarias para la habilidad espacio-temporal”.
Y la música no solo nos afecta a nosotros, según el trabajo del japonés Masaru Emoto que ha estado llevando a cabo experimentos en todo el mundo sobre el efecto de las ideas, las palabras y la música sobre las moléculas de agua, cada sonido cada tipo de melodía afecta de una manera diferente a las moléculas de agua, creándose en ellas formas hermosas o desordenándolas por completo. Imagínate si los seres humanos estamos conformados por tres cuartas partes de agua, seria ideal que escucháramos solo aquella que haga de cada molécula una forma hermosa. Creo que es por esto nos gusta tanto la música, no solo porque nos refleja, sino porque nos motiva y nos ayuda.
Sin embargo aunque este tema, nos ha intrigado desde la antigüedad, el primer movimiento de consideración se hizo solo después de la Primera Guerra Mundial, en Estados Unidos, donde varios científicos de la conducta humana, trataron de descifrar cual era la posibilidad de influir en esta, mediante el uso terapéutico de la música.
La próxima vez que escuchemos alguna melodía conocida o desconocida no solo pensemos que se trata de lo que alguien creó sino de toda una historia de su creador, porque la música es como una reseña bibliográfica de su autor, además preguntémonos que existe detrás de cada nota musical, porque no siempre es beneficioso todo lo que escuchamos, es cierto que este arte nos encanta. ¡La música nos encanta! Pero no olvidemos sus efectos: en los perros de Pavlov, en las moléculas de agua de Emoto. Si alguna melodía nos desencanta por algo será.
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